¿Qué es ser un topo en Argentina?
Conocé cuáles son y qué significan los términos del género que convoca cada vez más adeptos en nuestro país
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Una forma de expresión, de demanda, de denuncia. Un estilo de vida. Música, danza, pintura, arte. Todo eso es el hip hop. Este conjunto de expresiones artísticas, que nació como parte de una subcultura marginal, en el Nueva York de los ‘70, está adquiriendo cada vez más popularidad en la escena musical argentina. Desde el principio, el hip hop fue una forma de expresión de quienes necesitaban encontrar una voz para ser escuchados. Una medio para encarar luchas sociales, un marco de contención. A través de sus cuatro pilares, graffitis (pintadas en muros y espacios urbanos), rap (recitar o cantar con base funk y batería), break dance (danza urbana) y DJ (música instrumental), en sus diversas combinaciones y formas, ofrecía denunciar las desigualdades y carencias que se vivían en las áreas urbanas de escasos recursos y proponía reflexionar, desafiar o evocar lo que sucedía, estimulando la creatividad y el desarrollo artístico. En la Argentina, la cultura hip hop apareció en los 80, en el conurbano bonaerense. Esta irrupción fue una forma de canalizar la necesidad de expresarse de los jóvenes de los barrios suburbanos. Ya en los 90 comenzó a popularizarse, sin perder su esencia: ser una herramienta de protesta y concientización. En la actualidad, los cuatro pilares del género continúan creciendo como parte de un movimiento que define, también, una forma de vestir y comportarse. Expresa la diversidad, las luchas por la igualdad, contra las opresiones socioculturales, adaptándose a los nuevos contextos sin desprenderse de sus principios fundamentales. Como todas, esta cultura tiene su propio idioma, está llena de palabras y términos que conforman el código de quienes la integran. Si bien estos, al igual que el género, tienen su raíz en Estados Unidos, –por lo que la gran mayoría son en inglés–, los freestylers y raperos argentinos han adaptado algunos y agregado otros con raíces bien criollas. “El hip hop en Argentina, hoy en día, tiene un público muy joven, el freestyle, sobre todo. Le falta mucho madurar, crecer, hay mucho que enseñar, pero se ha vuelto masivo, uno de los que más públicos convocan en el país. Es increíble cómo está tomando color la escena nacional del rap”, dice Sony (Gonzalo Rodríguez), uno de los íconos de este movimiento a nivel nacional e internacional. El ganador de la Batalla de Gallos de Red Bull 2014, una de las competencias más grandes del mundo, explica que la mayoría de los términos que se utilizan son los mismos que se usan en Estados Unidos, “porque la cultura fue creada de esa manera”. “Nosotros la adaptamos acá, no la cambiamos” –agrega– y da algunos ejemplos: “A una persona que no entiende la cultura o que está comenzado y le gusta criticar, los yanquis le dicen 'hater', que es odiador. Acá, les decimos 'topos' o 'niños ratas', que no entienden la movida. También se les dice 'toy' o 'toyaco', pero ese es más español, acá es más el topo que otra cosa. Las juntadas de hip hop se dicen 'ranchadas de hip hop', acá. 'Berretín' es una especie de chiste rápido que funciona, es la típica joda de barrio; el 'trampa' es la persona que se dedica a hacer trap, una nueva rama que apareció ahora, mezcla del rap con tecno”. “También se usan muchos términos de la 'lleca' (calle), como el ghetto; el rap habla de todo, es algo social, está muy metido en lo social y cultural. Y después se usan igual: 'b-boy', 'b-girl', 'MC', 'flow'”. Según Sony, este movimiento es “un estilo de vida”, “una manera de expresión”, “la forma que tiene cada uno de contar su realidad”. Para acercarnos y comprender un poco más sobre esta cultura, les dejamos un glosario hiphopero:
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